No está claro de donde procede el actual nombre de Extremadura, una tierra olvidada y a menudo menospreciada. Algunos historiadores opinan que quizás proceda del término con que se conocía en los reinos cristianos a los territorios situados al sur de dicho río.
Desde aquí solo pretendo hacer un pequeño homenaje a la tierra donde ahora vivo. De ella es mi mujer y en ella han nacido también mis dos hijas.

SEGUIDORES

viernes, 15 de marzo de 2013

restos de la guerra civil en castuera. badajoz.


Semanas atrás, buscando información sobre la existencia de restos de la guerra civil en la comarca pacense de la Serena, encontré un artículo muy interesante y completo sobre los numerosos vestigios que la contienda dejó en la localidad de Castuera y alrededores. El articulo en cuestión se debe a Rafael Moreno García y tiene por nombre Fortificaciones en la Guerra Civil Española en Castuera (Badajoz).

En el citado artículo se puede encontrar, entre otras cosas, detallada información sobre un aeródromo cercano a Benquerencia de la Serena, sobre refugios antiaéreos en el casco urbano de Castuera o sobre un curioso tren blindado y el refugio excavado donde se camuflaba para evitar los ataques de la aviación.  

Hace unos días, aprovechando que las lluvias dieron un pequeño respiro, mi amigo Manuel y yo, nos acercamos por la zona  para buscar algunos de esos restos y con la intención también de completar una ruta entre Puerto Mejoral y Castuera, que después veríamos está perfectamente indicada en un cartel. La citada ruta recibe el nombre de Entre las líneas del frente franquista y según aparece en dicho cartel, recorre el sistema defensivo que el Ejercito del Sur franquista estableció alrededor de la llamada Bolsa de la Serena para evitar una contraofensiva de las tropas republicanas..

El punto de partida fue la pedanía de Puerto Mejoral, en cuyas inmediaciones pudimos ver dos de los bunqueres o fortines descritos por Rafael Moreno García, a los que por sus características, considera como excepcionales. Son circulares, presentan una pequeña cúpula y están separados 300 m. entre sí.  En uno de ellos llama la atención un castillete (el emblema del Cuerpo de Ingenieros al que pertenecía la compañía de zapadores que edificó los fortines) que aparece, grabado sobre el cemento, en la cúpula del búnquer.

Búnker 1. Puerto Mejoral. Emblema del Cuerpo
 de Ingenieros del ejército franquista.
Bunker 1. Puerto Mejoral. Al fondo, el castillo de Benquerencia, donde
 existe un observatorio construido por la misma compañía de zapadores.
Bunker 2. Puerto Mejoral. Situado a 300 m. del anterior.
 Las piedras que se han ido acumulando en su exterior
y el agua procedente de las lluvias impiden la entrada en él.

Posteriormente, subimos al castillo de Benquerencia de la Serena porque sabíamos que desde allí se puede ver una magnífica vista de gran parte de la comarca de la Serena, y que precisamente por eso, se había construido un observatorio. Una vez arriba, pudimos comprobar el hundimiento de la gran plataforma de hormigón que actuaba de techo y el mal estado que presenta una inscripción que recuerda a la Compañía de Zapadores nº 14. Desde el castillo, también pudimos ver, a lo lejos, la Casa Elías, utilizada durante la guerra como cuartel y posteriormente como hospital.

La sierra de Tiros, desde el castillo de Benquerencia.
Castillo de Benquerencia de la Serena. Su origen es islámico, pero
posteriormente perteneció a la Orden de Alcántara. 
Interior del observatorio del castillo.
 En la imagen se puede apreciar el techo hundido.
Sobre la puerta del observatorio todavía se puede ver,  a duras penas,
las siglas de la compañía de zapadores que lo construyó. 14 Cnia Z
La Casa Elías hizo las veces de cuartel  y de hospital.

El siguiente punto fue el campo de prisioneros de Castuera. Realmente, según tengo entendido, dicho campo estuvo en funcionamiento entre abril de 1939 y marzo de 1940 y por lo tanto, es posterior a la guerra. En cualquier caso, se situaba en las proximidades de la mina abandonada La Gamonita, cuyo castillete es la referencia para llegar hasta allí puesto que no existe ningún tipo de indicación. Actualmente se ha llevado a cabo la instalación de una planta fotovoltaica junto a la gran explanada que ocupaba el campo.

Hoy día, pocos restos indican que allí hubo un antiguo campo de prisioneros. Los más visibles son una peana de hormigón de planta cuadrada en la cual estuvo colocada una gran bandera o una cruz y varias plataformas circulares donde, al parecer, se asentaban unos grandes depósitos de agua. Quedan, además, algunos otros restos solo identificables para los ojos más expertos.

La verdad es que el lugar es desolador y por ello, no nos detuvimos por allí mucho tiempo. No es agradable pasear por lugares donde ocurrieron cosas que jamás debieron ocurrir. 

Peana de hormigón.
Castillete de la mina La Gamonita, de finales del siglo XIX.
Plataformas circulares que servían de base para depósitos de agua.
A lo lejos, la Gamonita y las placas solares.

Por último, todavía con cierto desasosiego, nos dirigimos a las afueras de Castuera para buscar un conjunto de diez fortines republicanos situados muy cerca de la ermita de San Isidro, de cuya existencia tuve conocimiento gracias al citado artículo de Moreno García. Al parecer estos pequeños bunqueres fueron construidos para salvaguardar la carretera que unía Zalamea de la Serena con Castuera y forman un semicírculo de 1 km de longitud. Finalmente, solo pudimos encontrar uno de ellos porque la mayoría deben encontrarse situados en fincas particulares valladas, cubiertos por la vegetación o semienterrados...

Bunker próximo a la carretera Ex-133. Entrada.
    Bunker próximo a la carretera Ex-133.  Vista general.


Perdido en la sierra de la Ortiga, un cuartel republicano de la guerra civil guarda en su interior curiosos graffitis. Aunque su estado es de ruina progresiva todavía se puede observar un gran patio rectangular en cuyos laterales debieron situarse las cuadras y los barracones de los soldados.




restos de la guerra civil en las comarcas de la serena y las vegas altas.
En el número 19 de la calle San Francisco de Villanueva de la Serena (Badajoz) todavía se puede ver el daño que una explosión, ocurrida durante la guerra civil, ocasionó en la reja de una ventana. La verdad es que no me había dado cuenta de ello hasta que alguien me lo dijo. 



restos de la guerra civil en cáceres.
Hace  unos días, recibí un correo electrónico de Samuel Rodriguez Carrero, autor de Extremadura:caminosdecultura,blogspot.com, en el que me daba cuenta de algunas vestigios que de dicha guerra aun perduran en las afueras de la ciudad de Cáceres y me enviaba una serie de fotografías sobre estos restos.

viernes, 8 de marzo de 2013

elvas. alentejo. portugal.



Hay veces que cuando te estas yendo de un lugar, de alguna manera, sabes que vas a volver. Elvas es, por varias buenas razones, uno de esos lugares. Es Patrimonio de la Humanidad, presenta un sistema abaluartado defensivo que puede estar entre los mayores del mundo y conserva un acueducto, construido al parecer entre 1498 y 1622, de varios kilómetros de longitud. Además, podemos encontrar en sus calles todo el sabor de la arquitectura portuguesa y está casi a tiro de piedra de Badajoz.

Elvas perteneció a la Lusitania romana y posteriormente al reino de Taifa de Badajoz, incluido en ese inmenso, lejano y desconocido territorio que los cristianos llamaban Extrema Dorii. Después la Historia modificó las fronteras y la ciudad quedó en el lado portugués. Pero fue precisamente su cercanía a la frontera española lo que cambió definitivamente la fisonomía de su arquitectura ya que fue dotada de un impresionante sistema defensivo en forma de estrella para proteger la ciudad de los asedios de los ejércitos españoles. 

Castillo de Elvas, de origen islámico. 
Picota del siglo XVI, ante la Puerta del Trempe, una de las puertas de acceso
 al recinto amurallado  medieval.

Dicho conjunto, construido alrededor del viejo castillo y del centro histórico, data de principios del siglo XVII y es un tremendo sistema defensivo de gruesas murallas diseñado por ingenieros holandeses para resistir las embestidas del ejercito más potente. De hecho, Elvas nunca fue tomada a pesar de que durante siglos se fueron sucediendo, una tras otra, diversas guerras entre portugueses y españoles y la ciudad fue sometida a varios asedios. Además, en los alrededores se levantaron varios fortines, situados sobre puntos elevados y estratégicos. Entre ellos destacan los fuertes de Santa Luzia y y de Nossa Senhora da Graça.

Garita del conjunto de baluartes.
Una de las puertas del entramado defensivo. Los portugueses llaman
a este cinturón de murallas  Muralhas Seiscentistas.
El  conjunto recibe el nombre de Praça-forte de Elvas.
Fortin de Santa Luzia.

Otro de los elementos constructivos destacados en Elvas es el acueducto de Amoreira. Como podéis ver en las siguientes imágenes, es una obra monumental que mide, según la web de la Cámara Municipal de Elvas, más de cinco kilómetros. Además tiene 1367 metros de galerías subterraneas.

José Saramago lo describe de esta manera; Es imposible hablar de Elvas sin hablar del acueducto de Amoreira. Hable, pues, hable de él el viajero para decir que es una asombrosa obra, con sus ochocientos cuarenta y tres arcos de albañilería, dispuestos en ciertos tramos en cuatro ordenes. Más de cien años se tardó en construir (ciento veinticuatro para ser exactos) y siempre el pueblo de Elvas pagó su real de agua. Cuando en 1622 la Fuente da Vila empezó al fin al correr, se pudo decir que los habitantes de Elvas habían sudado bien ese agua. (Viaje a Portugal)





Después de leer a Saramago, ¿qué más añadir? Solo que la noche se nos echó encima y el frío nos empujo a los coches, de modo que no pudimos disfrutar de esta obra como se merecía. Otra razón para volver.