No está claro de donde procede el actual nombre de Extremadura, una tierra olvidada y a menudo menospreciada. Algunos historiadores opinan que quizás proceda del término con que se conocía en los reinos cristianos a los territorios situados al sur de dicho río.
Desde aquí solo pretendo hacer un pequeño homenaje a la tierra donde ahora vivo. De ella es mi mujer y en ella han nacido también mis dos hijas.

SEGUIDORES

sábado, 23 de mayo de 2009

malpartida de cáceres.

A mediados de los años 70 Wolf Vostel, un inquieto artista alemán rubio y grandullón, descubrió en la penillanura de Cáceres, muy cerca de Malpartida, un paisaje que le llamó profundamente la atención. Hoy día este lugar, conocido como Los Barruecos y declarado Monumento Natural por la Junta de Extremadura, acoge el Museo Vostel. Las dependencias de este museo se hallan en un antiguo lavadero de lanas aunque también hay algunas obras dispersas por los alrededores. Cuentan que cuando ya enfermo fue informado el artista alemán, creador del movimiento Fluxus y del Happening, de que en una de sus obras unas cigueñas estaban haciendo su nido contestó: "Eso no puede ser verdad. Sería demasiado bonito."



Y es que, conjugar arte y naturaleza era una de la razones de ser de su arte. El viajero que entra por primera vez en las salas de este museo nunca quedará impasible puesto que parece este lugar diseñado para impactar al visitante,como cualquier obra de arte que se precie. En cualquier caso, sentarse en el pretil del embarcadero de la laguna artificial y disfrutar de las vistas (aguas azules, nidos de cigueñas y bolos de granito) puede ayudar a asimilar el impacto. Otra solución es tomarse una Heineken bien fria en la cafeteria del museo o acercarse a Malpartida y pedir en cualquiera de los bares de la plaza mayor un aperitivo de morcilla o bacalao. Quizás puedas imaginarte entonces al hippie alemán, no olvidemos que hablamos de 1974, caminando por sus calles, acompañado de algún que otro melenudo, ante la atonita mirada de los malpartideños.

1 comentario:

  1. ¡ Me imagino las caras de los lugareños cuando vieran por primera vez a Vostell !!!

    Un museo indescriptible: hay que visitarlo para poder imaginárselo. Merece la pena.

    ResponderEliminar